lunes, 7 de octubre de 2019

LOS MODELOS DIDÁCTICOS: CONCEPTUALIZACIÓN Y CARACTERÍSTICAS

LOS MODELOS DIDÁCTICOS: CONCEPTUALIZACIÓN Y CARACTERÍSTICAS (1).


El concepto de modelo didáctico constituye un instrumento fundamental para abordar los problemas de la enseñanza en los distintos niveles educativos, en tanto contribuye a establecer los vínculos entre el análisis teórico y la práctica docente. Cualquier planteamiento educativo que pretenda ser crítico y alternativo no puede prescindir de este supuesto básico (García Pérez, 2000). A lo anterior debe agregarse que cada vez se otorga mayor importancia a los influjos que reciben los alumnos, no sólo como consecuencia de la transmisión explícita en el currículo oficial, sino también como resultado de las interacciones sociales de todo tipo y que, a la postre, forman parte de la corriente de ideas que conecta el ámbito educativo con el resto de la sociedad. Se trata en definitiva de un “currículo oculto” que termina convirtiéndose en el verdadero currículo operante que garantiza la socialización del estudiante según la lógica del sistema dominante (Torres Santomé, 1991). Dicho con palabras de Doyle (1977), la socialización se produce no sólo a través de la estructura de tareas académicas sino también mediante la estructura de relaciones sociales.

En este marco, es necesario considerar que existen diferentes modelos didácticos que sustentan por un lado al enfoque educativo tradicional y por otro a las corrientes transformadoras.



Entre los modelos propiciados por estas últimas, los llamados modelos didácticos alternativos resultan particularmente apropiados para la enseñanza de las diversas ciencias en general. El enfoque constructivista y el aprendizaje por investigación del alumno atraviesa una etapa de consenso emergente según el punto de vista de Liguori y Noste (2005). Estos autores consideran además la conveniencia de acompañar este enfoque con una reflexión permanente de la propia práctica docente, capaz de generar un conocimiento profesional a partir de un perfil de docente-investigador. Este perfil implica el desarrollo de una serie de capacidades, entre las que se destacan:

✓ La formulación de situaciones problemáticas adecuadas a la lógica de
los alumnos, a la coherencia científica y a las necesidades socio-ambientales.

✓ El planteamiento de hipótesis de progresión del conocimiento que, a
partir de las representaciones previas, sugieran estrategias de aprendizaje que conduzcan a la construcción de ideas básicas cada vez más amplias y complejas.

✓ El diseño de actividades que promuevan la investigación por parte de los alumnos y con ello la evolución de los conceptos iniciales.

✓ La interpretación de los datos significativos que surgen de las actividades desarrolladas para la evaluación de los aprendizajes de los alumnos y de la propia tarea docente.


CONCEPTO Y TIPOS DE MODELOS DIDÁCTICOS


Como cualquier modelo, la idea de modelo didáctico permite abordar de
manera simplificada la complejidad de la realidad educativa al tiempo que
ayuda a proponer procedimientos de intervención en la misma. Dicho en
términos sencillos, el modelo didáctico es un instrumento que facilita el análisis de la realidad educativa con vistas a su transformación.

Los modelos didácticos presentan dos dimensiones fundamentales. Por un lado, la dimensión estructural que atañe al carácter descriptivo de los elementos intervinientes y, por otro lado, la dimensión funcional que atañe a la dinámica o comportamiento del modelo en la realidad. Dentro de la dimensión funcional, se consideran dos perspectivas. Una de ellas de índole descriptivo-explicativa vinculada a la cosmovisión de la realidad educativa y la otra de índole normativa que tiene la misión de orientar la actuación en el ámbito educativo. En este marco, es posible reconocer como distintos "tipos" de modelos didácticos:


✓ La educación tradicional
✓ Las tendencias transformadoras
✓Los proyectos alternativos en construcción.


El modelo didáctico tradicional pretende formar a los alumnos dándoles a conocer las informaciones fundamentales de la cultura vigente. Los contenidos se conciben desde una perspectiva más bien enciclopédica y con un carácter
acumulativo y tendiente a la fragmentación, es decir, el saber correspondiente a un tema más el saber correspondiente a otro, y así en más. La referencia única es la disciplina por lo que el conocimiento a impartir resulta una especie de selección divulgativa de lo producido por la investigación científica. Se utiliza como apoyo el libro de texto como recurso único o al menos básico. Ello puede ir acompañado de una serie de actividades dirigidas a
reforzar o ilustrar lo expuesto y en todo caso ateniéndose a la lógica eminentemente conceptual del conocimiento que se intenta transmitir. Lo que se pretende del alumno es que escuche atentamente las explicaciones, realice los ejercicios, estudie casi inevitablemente memorizando y reproduzca lo más fielmente posible en el correspondiente examen el discurso transmitido en el proceso de enseñanza. Discurso que se supone idéntico, al menos en cuanto a su lógica básica, al del libro de texto y a las explicaciones del profesor.

Por lo anterior, la característica fundamental del modelo didáctico tradicional es su obsesión por los contenidos de enseñanza, entendidos por lo general como meras "informaciones" más que como conceptos y teorías.  De ahí que la compleja función que hoy se plantea como reto a la educación sea fundamentalmente facilitar y promover la reconstrucción crítica del pensamiento cotidiano (Pérez Gómez, 1992; Porlán, 1993; García Díaz, 1998).

Con la evolución social, aunque siempre con retraso, la enseñanza tradicional se ha ido despejando de los aspectos más superficiales que simbolizaban lo tradicional como obsoleto, pero sin modificar sus verdaderas funciones básicas ni replantear a fondo su finalidad y, por lo tanto, sin cambiar tampoco en profundidad la formación de los enseñantes (Trilla, 1996). Se ha buscado una enseñanza más moderna y más técnica (Gimeno Sacristán, 1982) pero que no deja de garantizar función de reproducción social que la sociedad
supuestamente espera de ella.



El método de enseñanza se limita, entonces, a una exposición lo más ordenada y clara posible de "lo que hay que enseñar" al suponer que el contenido viene dado como síntesis del conocimiento
disciplinar. Se utiliza como apoyo el libro de texto como recurso único o al menos básico. Ello puede ir acompañado de una serie de actividades dirigidas a
reforzar o ilustrar lo expuesto y en todo caso ateniéndose a la lógica eminentemente conceptual del conocimiento que se intenta transmitir. Lo que se pretende del alumno es que escuche atentamente las explicaciones, realice
los ejercicios, estudie casi inevitablemente memorizando y reproduzca lo más fielmente posible en el correspondiente examen el discurso transmitido en el
proceso de enseñanza. Discurso que se supone idéntico, al menos en cuanto a
su lógica básica, al del libro de texto y a las explicaciones del profesor.

Por lo anterior, la característica fundamental del modelo didáctico tradicional es su obsesión por los contenidos de enseñanza, entendidos por lo general como meras "informaciones" más que como conceptos y teorías. Pero, en la
actualidad el alumno no suele tener deficiencias en cuanto a la cantidad de
información, sino más bien en el sentido de sus adquisiciones y en el valor de las actitudes formadas. Es decir, la mayor deficiencia de la cultura contemporánea se relaciona con la capacidad de pensar, de organizar racionalmente y buscar un sentido a la información, de forma tal que los esquemas de significados que el alumno va consolidando le sirvan como instrumentos intelectuales para analizar la realidad (Pérez Gómez, 1992a). De ahí que la compleja función que hoy se plantea como reto a la educación sea fundamentalmente facilitar y promover la reconstrucción crítica del pensamiento cotidiano (Pérez Gómez, 1992; Porlán, 1993; García Díaz, 1998).

Con la evolución social, aunque siempre con retraso, la enseñanza tradicional se ha ido despejando de los aspectos más superficiales que simbolizaban lo tradicional como obsoleto, pero sin modificar sus verdaderas funciones básicas ni replantear a fondo su finalidad y, por lo tanto, sin cambiar tampoco en profundidad la formación de los enseñantes (Trilla, 1996). Se ha buscado una enseñanza más moderna y más técnica (Gimeno Sacristán, 1982) pero que no deja de garantizar función de reproducción social que la sociedad
supuestamente espera de ella.



Este intento de superación del modelo didáctico tradicional se denomina modelo didáctico tecnológico (García Pérez, 2000) y la metodología subyacente se denomina metodología del descubrimiento (Merino, 1998). Para ello se recurre a la combinación de exposición y ejercicios prácticos específicos, lo que suele plasmarse en una secuencia de actividades muy detallada y dirigida por el profesor que responde a procesos de elaboración del conocimiento previamente determinados, y que puede inclusoEn esta línea de búsqueda se están planteando modelos didácticos alternativos.


Otra de las reacciones al modelo didáctico tradicional es la del modelo 
didáctico espontaneísta-activista (Porlán y Martín Toscano, 1991). El mismo propone una educación basada en la realidad que rodea al alumno, bajo la convicción de que el contenido verdaderamente importante para ser
aprendido por ese alumno debe ser una expresión de sus intereses y experiencias y, consecuentemente, se halla en el entorno en que vive. Para ello, el alumno debe “descubrir” la realidad de dicho entorno mediante el contacto directo y la realización de actividades de carácter muy abierto, poco programadas y muy flexibles. Lo verdaderamente importante es que el alumno aprenda a observar, a buscar información, a descubrir el propio aprendizaje de los contenidos supuestamente presentes en la realidad. Para facilitar el desarrollo de estas capacidades se promueven determinadas actitudes como curiosidad por el entorno, cooperación en el trabajo común, etc.



• MODELOS DIDÁCTICOS ALTERNATIVOS


Dada su creciente relevancia en los distintos niveles de la educación, estos
modelos merecen un tratamiento en particular. En ellos, la metodología  didáctica se concibe como un proceso de investigación desarrollado por parte
del alumno con la ayuda del profesor, lo que se considera como el mecanismo
más adecuado para favorecer la construcción del conocimiento propuesto. Así, a partir del planteamiento de problemas de conocimiento se desarrolla una  secuencia de actividades que propicia la construcción del conocimiento espontáneo en relación con dichos problemas. El proceso de construcción del conocimiento es recursivo, es decir, puede realizarse el tratamiento de una
determinada temática en distintas ocasiones con diferentes niveles de complejidad, lo que favorece asimismo el tratamiento complementario de distintos aspectos de un mismo tema o asunto dentro de un proyecto curricular.

La evaluación se concibe como un proceso de investigación que intenta dar cuenta permanentemente del estado de evolución de las concepciones o ideas de los alumnos, de la actuación profesional del profesor y, en definitiva, del propio funcionamiento del proyecto de trabajo (García Pérez, 2000). Desde la perspectiva de los modelos didácticos alternativos, los conceptos de los alumnos no cambian por el simple enfrentamiento con conocimientos
científicos acabados, sino a través de un proceso dinámico de evolución conceptual. En este proceso es fundamental que el alumno tome conciencia de sus propias ideas como primer paso hacia su transformación. Algunos autores proponen como estrategia el planteo de problemas concretos, a partir de los cuales, se promueve el enfrentamiento de los alumnos con situaciones conflictivas que desafíen sus ideas previas y los estimula a considerar concepciones alternativas sobre un mismo fenómeno (Pozo, 1989). La provisión de estas nuevas teorías o concepciones define uno de los aspectos centrales del rol docente. No obstante, en los modelos alternativos los nuevos conocimientos deben construirse a través de la interacción y el intercambio en el ámbito educativo. Ello supone que la evolución hacia conocimientos más
complejos requiere de diálogo, confrontación de ideas y actividades
individuales y colectivas.



LOS MODELOS DIDÁCTICOS: CONCEPTUALIZACIÓN Y CARACTERÍSTICAS (2) 


A- CONCEPTO DE MODELO DIDÁCTICO 


Los modelos didácticos según (Cristancho,2016) son las representaciones valiosas y clarificadoras de los procesos de enseñanza-aprendizaje, que facilitan su conocimiento y propician la mejora de la práctica, al seleccionar los elementos más pertinentes y descubrir la relación de interdependencia que se da entre ellos.


B- TIPOS DE MODELOS DIDÁCTICOS



➢ Modelo Tradicional: Este modelo se centraba en el profesorado y en los contenidos. Los aspectos metodológicos, el contexto y, especialmente, el alumnado, quedaban en un segundo plano.
➢ Modelo Activo-situado: Según Mayorga Fernández & Madrid Vivar, el modelo activo: es la superación y alternativa al asentado modelo tradicional; entre las características de cambio se señalan: el predominio de los estudiantes como los verdaderos protagonistas del aprendizaje, sus intereses, el estudio de su singularidad y problemas, la aceptación de la autonomía y la libertad individualizada, que ha de ser promovida y respetada ante el énfasis puesto anteriormente en la materia, el discurso verbal del docente y la continua adaptación de los estudiantes a los conocimientos académicos.

El modelo activo, destacado por Stern y Huber (1977), caracteriza al estudiante como un ser autónomo y responsable, que adopta las decisiones y tareas que mejor responden a su condición vital, y aprovecha los escenarios formativos en los que participa, especialmente las experiencias personales y escolares, así
como las actuaciones extraescolares. Se apoya en el principio de actividad y en la naturaleza formativa de las tareas.

Según (Cristancho, 2016) surge como la superación y alternativa al asentado denominado tradicional, entre las características del cambio se señalan:

1. El predominio de los estudiantes como los verdaderos protagonistas del aprendizaje.

2. La aceptación de la autonomía y la libertad individualizada.

3. La continua adaptación de los estudiantes a los conocimientos académicos.

➢ Aprendizaje para el dominio: El aprendizaje es función del aprovechamiento real y profundo, que cada persona hace del uso del tiempo. El aprendizaje para el dominio es función de:

• Las características de cada estudiante.
• La enseñanza-presentación del saber
• La información-refuerzo
Este modelo de conceptualización del aprendizaje está ligado a Carroll (1963), el cual establece que el aprendizaje está en función del aprovechamiento real y profundo que cada persona hace de su tiempo. La biografía cognitiva del alumno/a es lo verdaderamente valioso para alcanzar el aprendizaje para el dominio, sin olvidar la importancia de la comprensión verbal, el estilo de aprendizaje y las variables afectivas.

➢ Modelo comunicativo-interactivo: 
Este modelo ha contribuido a conocer y profundizar en las actuaciones del docente y el impacto en los estudiantes y comunidad escolar. Para Mayorga el proceso instructivo-formativo requiere el dominio y
desarrollo de la capacidad comunicativa, en sus dimensiones semántica, sintáctica y pragmática, que hemos de hacer realidad elaborando modelos que las interpreten y clarifiquen.
Manifiesta que la comunicación en la clase ha de afectar a:

1. El análisis de las estructuras de participación.
2. El estudio comprensivo de la lección.
3. El proceso y planteamiento de las demandas de los estudiantes.
4. Las preguntas del profesorado y respuestas de los estudiantes.

➢ Modelo contextual: El modelo contextual interaccionista se basa en el modelo ecológico descrito y concibe la producción escrita como proceso comunicativo social interdisciplinario que adquiere pleno significado en el contexto físico, social y cultural en el que se desarrolla la actividad académica. Su fundamentación teórica subyace en los modelos cognitivos.

➢ Modelo colaborativo: El modelo colaborativo es la representación de la actividad de enseñanza como una práctica colegiada, interactiva y tomada en equipo, como función compartida en la que el profesorado y los estudiantes son agentes corresponsables y protagonistas de la acción transformadora.

El modelo colaborativo es la representación de la actividad de enseñar como una práctica colegiada, interactiva y considerada en equipo, como función compartida, en la que el educador y los estudiantes son agentes corresponsables y protagonistas de la acción transformadora.

A continuación un video con un breve explicación sobre los modelos didácticos:

https://youtu.be/MwkugJXoDCs

3 comentarios:

  1. Me parece interesante que toquen ese tema, la didáctica tiene un papel integral entre el estudiante y el buen aprendizaje... Excelente descripción

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